miércoles, 2 de diciembre de 2015

Primeras Impresiones I - Magic The Gathering: Arena of the Planeswalkers

Esta es la primera entrada de una sección del blog en la que os explicaré qué me ha parecido la primera partida a ciertos juegos que me llamen la atención. La idea es no extenderme tanto como en una reseña, para así centrarme más en una visión general de cómo se juega y las sensaciones que me ha transmitido dicha primera partida.

Nunca me he llegado a aficionar a Magic: The Gathering. A pesar de que me parece un diseño sólido y sus mecánicas y variedad me llaman mucho la atención, el tema del juego coleccionable (es decir: el tiempo y el dinero requerido para montar mazos) no ha hecho más que apartarme de este renombrado título. Aún así, he de reconocer que las veces que he tenido oportunidad de echarle alguna partida, no lo he dudado, ya que la diversión está garantizada. Pero hoy no vengo a hablaros de este ultraconocido juego de Richard Garfield, sino de su hermano menor: Magic The Gathering: Arena of the Planeswalkers (MTGAOTP).


Diseñado por James D'Aloisio, Ethan Fleischer y Craig Van Ness, MTGAOTP es un juego de combate táctico en el cual intentaremos matar al Planeswalker del oponente (al menos en la mayoría de los escenarios), que admite de 2 a 5 jugadores y cuya duración ronda los 60 minutos. En cada partida, los jugadores recibirán un conjunto de miniaturas correspondientes a sus Planeswalkers (magos) así como a un séquito de criaturas esperando a ser invocadas al tablero para despedazar al enemigo. Además, recibirán cartas que cumplirán diferentes funciones: algunas indican las estadísticas y habilidades especiales de las diferentes figuras (y son complicadas de enfundar por su exagerado tamaño), mientras que otras son encantamientos y conjuros de los cuales cada Planeswalker podrá jugar un total de 3 por turno.

El manual plantea diferentes escenarios que se adaptan a los diferentes números de jugadores. En la partida que eché, fuimos 4. Para esta situación, el juego propone una partida por equipos que personalmente me resultó muy entretenida y equilibrada. Obviamente, con una sola partida a mis espaldas, no puedo precipitarme en cuanto a afirmar cuán equilibrados están los diferentes mazos, pero durante la hora que duró nuestra contienda, no hubo ningún Planeswalker que sobresaliera excepcionalmente. Aún así, las cartas dan para ciertos 'combos breakers' que dejan a los oponentes pasmados y, a veces, con un hilo de vida, obligados a lamer sus heridas en un rincón del tablero.

Plastiquete
Uno de los aspectos del juego que a mi parecer más cojean, es la irrelevancia del terreno a la hora de resolver las acciones durante el turno. El manual dedica una buena cantidad de páginas a explicar diversas situaciones en las cuales el movimiento, la línea de visión y el combate se ven afectados por la altura y el material del terreno. Sin embargo, durante el transcurso de una partida normal, la mayoría de las veces el terreno no tiene ninguna influencia, haciendo el proceso de aprendizaje de dichas reglas completa y absolutamente innecesario. Entiendo que, probablemente, cuando las diversas expansiones lleguen al mercado, el terreno adquirirá un valor táctico mucho mayor, pero, a mi entender, las reglas dedicadas, por ejemplo, a la altura de los montículos de tierra y a el daño que puede sufrir una figura cuando salta desde ellos me parecen completamente superfluas por el mero hecho de que la caja básica no incluye piezas suficientes como para incluir montículos de una altura suficiente como para que se den situaciones de ese tipo. Si bien la producción del juego es buena y recibes una considerable cantidad de material por el precio del juego, un aspecto flojo de la misma es, lamentablemente, su manual. No es muy accesible y hay que leerlo un par de veces antes de poder captar cómo se juega. Esto  hace que, para obtener la experiencia de juego propuesta por las reglas, aún tenga que volver a sacar el juego a mesa para corregir errores de reglas cometidos durante la primera partida que, tras unos cuantos repasos del manual (y visitas a diversos foros de la BGG), he logrado aclarar. Es de esos manuales que te obligan, en cierto modo, a decidir cómo resolver las dudas sobre la marcha.

¡Jace, tú sí que molas!
Por otro lado, hay muchos aspectos buenos del juego de los que hablar. Uno de ellos es la simplicidad de sus reglas (aunque el manual se empeñe en dificultar su aprenizaje), lo cual facilita lo que todos queremos: ponernos a jugar cuanto antes. El turno no podría ser más sencillo:

1) Robas 1 carta de tu mazo
2) Escoges carta de ejército (la/s miniatura/s con la/s que jugarás este turno)
- Juegas carta/s
3) Te mueves
- Juegas carta/s
4) Atacas

Todo es muy elegante y simplificado, especialmente el mecanismo principal del juego: el combate. Tiras una cantidad de dados igual al valor de ataque de tu miniatura y, en respuesta, tu oponente tira una cantidad de LOS MISMOS dados equivalente al valor de defensa de la miniatura afectada. Tú necesitas espadas para dañar y tu contrincante busca escudos para parar los golpes. Un escudo bloquea una espada. Y punto. Me encanta lo bien que funciona en su ausencia de complejidad.

La profundidad viene en lo que se refiere a las habilidades especiales de todos los personajes y las cartas que tendrás en tu mazo personalizado (y futuramente personalizable). En ese sentido, este diseño capta bastante bien la esencia de su antecesor, puesto que gran parte del juego consiste en buscar sinergias entre las cartas que te vayan tocando, encantar a tu Planeswalker o a tus criaturas para fortalecerlas o darles efectos sorpresa en reacción a lo que hagan tus oponentes. Aplicar una carta en el momento justo puede determinar la diferencia entra la victoria y la derrota. La partida que jugamos fue ajustadísima, y 3 de los 4 Planeswalkers perecieron en el combate.  




Estamos ante un juego que a través de una sencillez notoria en las mecánicas logra transportarnos a una batalla épica y feroz entre seres de otros planos de la realidad que luchan por la supremacía. Es por esto (y por su cohesión mecánica) que mi primera impresión no puede ser otra que verdadero entusiasmo sobre MTGAOTP, acompañado de genuina expectación de cara a ver cómo evoluciona el juego a través de las inevitables expansiones. Me muero por personalizar mazos, descubrir más combinaciones entre las habilidades de mis criaturas, mis encantamientos y conjuros, y dedicarle más horas de juego para seguir explorando sus posibilidades, ya que en esta caja básica hay material de sobras para echar muchísimas partidas sin aburrirse. ¡Este no decepciona!

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