martes, 3 de noviembre de 2015

Pandemic - Reseña


Portada peliculera
¿Puedes salvar a la humanidad? El mundo te necesita para hacer frente a una de las mayores crisis sanitarias de la historia. Cuatro terribles enfermedades han subyugado a la población mundial y, si no haces algo al respecto, podrás observar cómo nuestra especie se extingue. Ésta es la aterradora premisa de Pandemic, un juego cooperativo para 2 a 4 jugadores, diseñado por Matt Leacock y publicado en 2007. En esta aventura, asumirás el rol de un miembro de un equipo especializado en la contención de enfermedades que lucha por mantener bajo control a cuatro letales virus a la par que intenta recolectar la información necesaria para curar a millones de enfermos. El tiempo, la contagiosidad y el pánico de la población están en tu contra. ¿Podrás sobreponerte a ellos y evitar que el mundo sucumba?

Cómo se juega:

Si ya sabes jugar a Pandemic, ¡pasa directamente a mi opinión!

El objetivo de los jugadores es encontrar curas para las 4 enfermedades antes de que se dé una de las
siguientes tres condiciones de derrota: Un jugador necesita robar cartas del mazo de juego y no quedan cartas en él; se han dado 8 outbreaks (brotes en la versión española); o bien hay que colocar cubos de una enfermedad sobre el tablero, pero se han acabado. Muchas maneras de perder, pero solo una de ganar.

Éste es un verdadero grupo de héroes.
El turno en Pandemic consta de tres sencillos pasos. Primero, realiza 4 acciones; luego, roba 2 cartas del mazo de juego (del cual  saldrán las cartas de ciudad - necesarias para curar las enfermedades - , los eventos y las temidas epidemias); y por último, coge y resuelve tantas cartas del mazo de infección como el nivel de propagación actual (que va de 2 hasta un máximo de 4).

Como he mencionado antes, cada jugador dispondrá de 4 acciones por turno. Por su bien, y por el de la humanidad, tendrá que optimizarlas y exprimir cada jugada al máximo. Las opciones que tiene para gastar dichas acciones son:

1) Viajar por tierra o por mar: en otras palabras, mueve tu peón desde donde esté a una ciudad conectada.

2) Vuelo directo: descarta una ciudad de tu mano para mover tu peón a esa ciudad.

3) Vuelo chárter: descarta de tu mano la ciudad en la que te encuentras para mover tu peón a cualquier ciudad del tablero.

4) Puente Aéreo: si tu peón se encuentra en un centro de investigación, puedes gastar una acción para moverlo a cualquier otro centro de investigación sobre tablero.

5) Construir un centro de investigación: descarta de tu mano la ciudad en la que te encuentras para construir un nuevo centro de investigación.

6) Tratar enfermedad: retira un cubo de enfermedad de la ciudad en la que te encuentras y devuélvelo a la reserva. Si ya se ha encontrado una cura para esa enfermedad, retira todos los cubos que se encuentren en una misma ciudad por una acción.

7) Compartir información: entrega de tu mano la ciudad en la que estés a otro jugador que se encuentre allí contigo o bien coge dicha ciudad de la mano de otro jugador.

8) Encuentra una cura: descarta 5 cartas de ciudad de un mismo color cuando tu peón se encuentre en un centro de investigación para curar la enfermedad de dicho color. Si no quedan cubos de esa enfermedad sobre el tablero (una vez encontrada la cura) se considera que la misma ha sido erradicada y las cartas de infección de su color dejan de tener ningún efecto.

Puedes repetir la misma acción tantas veces como quieras (hasta un máximo de 4 veces, obviamente). Cuando hayas acabado con tus acciones, robarás 2 cartas del mazo de juego. En él, te encontraras con cosas buenas, pero también con sorpresas muy desagradables. Las protagonistas dentro del mazo son las cartas de ciudad (12 de cada color, para ser exactos). Sin ellas, no podrías curar las enfermedades; la humanidad estaría perdida; y, peor aún, perderías la partida. Así que un punto crítico en la estrategia es saber administrarlas puesto que, aunque es tentador deshacerte de ellas para viajar más rápidamente, son bastante escasas y es importante llevar la cuenta de cuántas se han descartado. Aparte de estas cartas de ciudad, también hay cartas de evento. Éstas son habilidades especiales de usar y tirar que se pueden jugar en cualquier momento y que no cuentan como acción.

¡Malditas epidemias!
Probablemente estéis pensando que de momento todo suena demasiado fácil. Pero nos encontramos ante un escenario apocalíptico de magnitud mundial y no todo son cosas(cartas) buenas. Del mazo de jugador también robarás las cartas que son el motor principal de la diabólica inteligencia artificial de este juego y la principal razón de su dificultad: las epidemias. Estas cartas nos hacen seguir 3 pasos que nos acercan más a la destrucción de la humanidad.

1) Propagar: mueve el marcador de propagación (el que indica cuántas cartas de infección se roban por turno) un espacio adelante.

2) Infectar: roba la carta inferior del mazo de infección y añade 3 cubos de enfermedad a esa ciudad.

3) Intensificar: Éste es el peor paso de todos. Baraja la pila de descartes del mazo de infección (las ciudades que has ido infectando al final de cada turno) y colócalo encima del mazo de infección otra vez. Esto significa que las ciudades que ya tenían cubos de enfermedad volverán a infectarse, es decir, que echaremos sal a la herida.

Por si fuera poco, cabe destacar que el máximo número de cubos que puede haber en una ciudad es de 3. En el caso de que se fuera a añadir un cuarto cubo (una situación bastante común después de una epidemia), en vez de eso tiene lugar un brote. Todas las ciudades conectadas con el 'epicentro' del brote ganan un cubo de enfermedad del color de la ciudad original. Si esto sucede 8 veces (y creedme que no es tan difícil) el juego se acaba con la derrota de los jugadores.

Para alzarte con la victoria deberás encontrar las 4 curas antes de que el tiempo se te eche encima (se acabe el mazo de juego), demasiadas ciudades entren en pánico (haya 8 brotes) o una enfermedad se haya expandido hasta límites incontrolables (se acabe la reserva de 24 cubos de enfermedad de un color). ¡Buena suerte! La necesitarás.

Mi opinión:

Lo primero de lo que quiero hablar es de la producción del juego. Para esta reseña he utilizado la
segunda edición inglesa publicada por Z-Man games. Las ilustraciones son de un detalle exquisito y evocan perfectamente la sensación de agonía que caracteriza al juego. La portada es digna ser el cartel promocional de una película apocalíptica y esto calza muy bien con la temática propuesta por el juego. Un trabajo brutal de Chris Quilliams que destaca especialmente en las cartas de personaje, que buscan el realismo y la seriedad de un panorama como el que se nos presenta.

Por otra parte, se nota que el diseño los componentes principales (cartas y tablero) está dirigido a ser accesible y práctico. Un claro ejemplo de esto son las cartas de ciudad, que contienen una ilustración que nos indica dónde se encuentran sobre el tablero y puesto que la geografía no es una de mis virtudes es algo de agradecer. El tablero es bastante plano en cuanto a diseño y visualmente no hay mucho que admirar en él, ya que se trata de un mapamundi con unas cuantas líneas que conectan las 48 ciudades en las que se desarrolla el juego. Sin embargo, como las cartas de ciudad, es funcional y muy claro. Incluye un pequeño recordatorio de la estructura del turno que encuentro de lo más útil para jugadores nuevos o para quien pretenda enseñar el juego. También me parece genial que tenga un sitio predeterminado para los mazos y sus respectivas pilas de descarte, reduciendo así el espacio necesario para jugar. Se puede ver que a la hora de desarrollar este producto han tenido en cuenta facilitarnos la vida a los jugadores.

La calidad de los materiales es buena. El tablero es de cartón de buena calidad. Las cartas son de un
El Pandemic nos ayuda a encontrar Essen en el mapa.
buen grosor y no se marcan con facilidad. Los cubos de enfermedad son de un plástico translúcido, en contraposición a los típicos cubos de madera que venían en la primera edición del juego. Este pequeño cambio le da un brillo increíble al tablero (que en sí no destaca mucho visualmente) y hace que el juego entre mucho más por los ojos. Por último, los marcadores de brotes, propagación y de cura son de madera. Si bien estos últimos no son componentes estelares, cumplen su función y aguantan bastante bien el paso de las partidas.

Si algún inconveniente veo en la producción de este juego es la calidad de las bolsas de plástico incluidas en él. Son realmente frágiles y se rompen en muy poco tiempo. Aunque se trata de un problema de muy fácil solución, es algo que podrían haber tenido en cuenta a la hora de producir el juego. Supongo que se trata de una estrategia comercial para que te sientas más atraído por las placas de Petri incluidas en la primera expansión 'On The Brink'. Los hay que picamos con mucha facilidad. A pesar de esto y del tablero, la producción del juego es muy buena y da gusto jugarlo.

Ahora es el momento de hablar de lo más importante: su jugabilidad. El juego tiene muchísimas virtudes. Fue uno de los primeros juegos que adquirí cuando empecé mis andanzas por este hobby y, por méritos propios, sigue estando entre mis preferidos. Desde mi punto de vista, el factor que hace de este juego un diseño tan divertido es a la vez lo que lo hace tan difícil de ganar (sobre todo en niveles de dificultad altos): su impredictibilidad. Muchas veces, aunque sientas que lo tienes todo bajo control, presenciarás cómo se desencadena un verdadero infierno de brotes y, sin darte siquiera cuenta, te encontrarás ante una súbita derrota. Es esa tensión derivada de la incertidumbre lo que hace de Pandemic una experiencia tan entretenida a la par que adictiva. Pasas del cielo al infierno en un pestañeo. Y es esta montaña rusa de emociones lo que te hará jugar varias partidas seguidas.

Espacios para el mazo de infección y sus respectivos descartes.
De alguna manera, intentas poner orden en el caos que el mazo de infección te impone cada turno. Experimentarás muchas veces la ira del apocalipsis cayendo sobre ti y los tuyos y verás cómo lo que parecía una pequeña chispa se convierte en un verdadero incendio. Sentirás también que deberías estar en 10 sitios diferentes cuando solamente puedes estar en uno y, a menudo, tus cuatro acciones parecerán insignificantes en comparación con los devastadores efectos de las epidemias y los brotes en cadena. Pero cuando al final logres derrotar a la pandemia, la sensación será magnífica.

Pandemic es un verdadero reto. La versión básica diseñada para aprender a jugar incluye 4 cartas de epidemia en el mazo de juego, pero puedes personalizar la dificultad de tus partidas añadiendo más epidemias, hasta un máximo de 6 (¿Has perdido la cabeza?). Todo y ser capaz de darte rachas de derrotas, la complicación de las partidas no llega a ser frustrante. Es un juego difícil, pero no imposible de ganar (¡COMO EL MALDITO GHOST STORIES!). La IA del juego se puede derrotar y no tardarás mucho en cosechar tus primeras victorias. A la vez, como he mencionado más arriba, tienes la posibilidad de adaptar la dificultad a tus necesidades.

Los cuatro virus en las placas de petri que vienen en la primera expansión.
En lo que se refiere a las reglas, como es notorio en el resumen que he incluido en esta reseña, son simples y es un sistema que no da ningún tipo de problemas a la hora de enseñarlo a nuevos jugadores. Los objetivos, las acciones que puedes tomar, las condiciones de derrota y victoria y las restricciones son muy claras y accesibles, haciendo de este Pandemic un juego muy familiar. Es una perfecta puerta al género de los juegos cooperativos, aunando sencillez a la vez que profundidad en las decisiones a tomar, tanto como creación de sinergias entre las habilidades de los personajes. Es cierto que hay combos mucho mejores que otros: un equipo que incluya al médico (vacía una ciudad de cubos de enfermedad con solo una acción), el científico (encuentra una cura con una carta menos) y el investigador (no tiene ninguna restricción a la hora de compartir cartas de ciudad), tendrá la partida a veces demasiado cuesta abajo. Sin embargo, todos  los roles son críticos de cara a ganar la partida y no se debería subestimar a ningún miembro del equipo.

Habiendo hablado de tantas virtudes, no puedo sino mencionar algunos defectos (en mi opinión salvables). La primera gran culpa que se le atribuye a este juego es su propensión al denominado efecto 'alpha gamer' (algo así como 'jugón líder'). Esto consiste básicamente en que el jugador más experimentado en el juego tome todas y cada una de las decisiones de la partida argumentando que estás avocando al equipo a la derrota si no ejecutas la jugada que te acaba de proponer. Obviamente a nadie le gusta ser un esbirro y seguir órdenes jugando a un juego de mesa. Todos tenemos derecho a decidir qué hacer con nuestras 4 acciones. Si bien es cierto que gran parte del juego consiste en buscar entre todos la jugada óptima, todas las opiniones deberían ser escuchadas y la decisión final la debería tener siempre el jugador activo. Si no, la partida se convierte en un solitario rodeado de gente que se aburre. Sin embargo, este problema se puede solucionar siguiendo la simple regla social de escuchar a tus compañeros sin dejar de ser tú quien tenga la última palabra en tu turno.

Otro punto débil que le veo al juego es que la tensión que he mencionado antes, si bien es omnipresente durante la mayor parte de cada partida, se desvanece un poco llegados al final. Tanto si vas a ganar como si vas a perder suele estar claro con un par de turnos de antelación. Eso no significa que no se den casos en los cuales dependas de no robar una carta de infección determinada para salvarte o que te las arregles para resolver una partida que parecía perdida. De cualquier modo, ese no es el caso más común. Normalmente, el final se caracteriza por un anticlímax al cual te acostumbras con el paso de las partidas, pero que a priori puede resultar un tanto molesto. De todas formas, la emoción experimentada hasta llegar tanto a esa clara victoria como a esa insalvable derrota compensa con creces cualquier bajada de intensidad final.

¡Las expansiones también valen mucho la pena!
Concluyendo, se trata de un grandísimo juego cooperativo, muy accesible y muy adictivo (te verás encadenando partidas sin parar). La temática está perfectamente implementada en las mecánicas y, sin dejar de tener cierto nivel de abstracción, el juego te permite vivir una historia intensa, llena de emociones, de altibajos y de momentos heroicos. La producción está muy cuidada y da gusto tenerlo montado en la mesa. Es verdaderamente uno de mis juegos favoritos y, partida tras partida, lo confirmo aun más. No por nada se ha convertido en un referente en el género cooperativo. Un juegazo con todas las letras que es altamente recomendable.

Mr. Blue Meeple le da un: 9.5/10


PD: Si habéis llegado hasta aquí, solo puedo deciros una cosa: ¡gracias! Intentaré que la próxima reseña no se me vaya tanto en términos de longitud. ¡Pandemic es uno de mis títulos predilectos y no he podido evitar dejarme llevar!


1 comentario:

  1. Grandísima reseña. Recién me estoy iniciando en esto de los boardgames y parece que este es uno de los infaltables. Gracias por toda la información.

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